Hoy, voy a hablaros sobre la hipocondría, un trastorno psicológico que consiste en creer que cualquier síntoma físico corresponde a una enfermedad grave, aun cuando no tenga sentido médico.
Es muy importante saber que un hipocondríaco no crea estos síntomas, ni estas relaciones con graves patologías, de forma intencionada, se trata de algo que no son capaces de controlar.
El término hipocondría hace referencia a hipocondrio, región situada debajo de las costillas y de la apósisis xifoides, extremo inferior, del esternón. Nombre proveniente de Grecia, donde la escuela médica humoral sostenia que era en esta zona donde se encontraban los vapores causantes de este mal.
Las personas con hipocondría no son capaces de lidiar con su preocupación y recurren mucho a familiares y amigos, sintiéndose bien durante un período de tiempo, pero volviendo siempre a entrar de nuevo en un ciclo obsesivo. Suelen autoexaminarse y los síntomas tienden a ser vagos, pudiendo pertenecer a varias patologías graves. En muchas ocasiones el hipocondríaco reconoce la falta de sentido de sus argumentos.
En cuanto al tratamiento, es importante realizar un seguimiento médico, lo cual le ayudará a darse cuenta de que no tiene ninguna enfermedad real, también deberá recibir apoyo psicológico, proporcionandole vías de escape y herramientas para mantenerse activo, incluso en presencia de los síntomas. También debemos tener especial cuidado con enfermedades psicológicas derivadas, como pueden ser trastornos de ansiedad, etc.
Es importante que, si tenemos a alguien que sufra este trastorno, tengamos en cuenta de que la angustia y el miedo que sufre la persona son completamente reales, siendo la hipocondría una pesada carga.
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